Este centro recoge el patrimonio paleontológico de este pueblo serrano bajo la particular mirada de uno de sus vecinos, Fernando Buenache. Su afición por recoger piedras, trozos de ramas y raíces comenzó, como otras muchas cosas, por casualidad. “Un día paseaba por los alrededores del pueblo y encontré una primera pieza para comenzar la colección”. Fue en 1987 cuando descubrió el primer fósil. Desde entonces ha ido ampliando la colección a base de dirigir la mirada al suelo, hacia lo más inverosímil. Donde otros solo vemos piedras, él ve un mundo mágico.

En este nuevo museo, integrado en la Ruta de los Dinosaurios, se exponen piezas “con una preservación de organismos y de edad geológica análoga a las extraídas del yacimiento conquense de Las Hoyas (125 millones de años) con un extraordinario interés científico”, explican desde la organización. También se incluyen “restos óseos de dinosaurios y de los pobladores del mar Jurásico que bañaba la península hace 200 millones de años”.